SESIÓN 4

Comunalidad: respirando la civilización

Jaime Martínez Luna

Fundador y Rector de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca. Investigador de la vida comunal

Sesión en vivo
A partir del acto vital de la respiración, Jaime Martínez Luna explica la comunalidad, como una propuesta civilizatoria desde los pueblos.

Sesión 4. Comunalidad: respirando la civilización 

En esta sesión Jaime Luna nos comparte el camino por el cual llegó al término comunalidad, en la cual observa la dinámica y cosmovisión de los pueblos y su conexión con la tierra, así como en el respeto y la relación de los seres vivos con su entorno y el planeta.

En principio, todos en la escuela recibimos un cúmulo de verdades, siempre todas ellas amparadas en la ciencia, pareciera que todo viene de fuera, de mundos ajenos, extraños y que nosotros solo tenemos que consumir, digerir lo que otros han expuesto y lo tienen como una verdad acabada. Con mi formación como antropólogo me hizo darme cuenta que navegamos en algo que no tiene nada que ver con la vida propia que realizábamos en comunidad. En primera instancia, que había que archivar de las lecturas que había consumido de la universidad por obligación, y que había que buscar en lo cotidiano, en la realización día con día de mi gente, ese cúmulo de experiencia que todos guardamos, que todos tenemos, pero que siempre al estar frente al otro sacamos lo que nuestra memoria guarda, pero no sacamos lo que realmente estamos viendo y sintiendo.

Esto me llevó a cuestionarme seriamente y me topé con estos concretitos en la vida diaria: el territorio-comunidad, la organización que se da a través de la asamblea, el tequio comunal en beneficio de todos y una gran fiesta comunal, es decir como un punto culminante de un todo comunitario. Esto al ponerlo en blanco y negro fue agarrando forma y fue recibiendo comentarios, críticas, aceptaciones. He tratado de platicar como vive y piensa mi gente, ya había expuesto el concepto de comunalidad y esto me llevó a un universo increíble, me hizo tomar conciencia de lo que yo había hecho apuntaba u orientaba muchas cuestiones.

Uno habla, describe antes de pensar seriamente antes de lo que haces, gana, describe, yo dije mis ideas por escrito, y luego me encontré que el término comunalidad ya estaba siendo usado por otros pensadores, y ahí cambió mi panorama, me dediqué entre la búsqueda conceptual y empecé  a preguntarme porque actuamos de una manera propia, distinta, no vulgar y descarada, obedeciendo las consignas de la televisión, radio y celular. Yo dije que tiene que explicarse y fue ahí cuando yo dije cuáles son las diferencias.

Una vez que reconocieron muchas gentes la propuesta de comunalidad, yo dije que algo tiene que explicar esta cuestión y encontré tres elementos básicos para identificar lo ajeno: el poder, la propiedad y el mercado. Es decir: cómo se adquiere el poder, cómo se adquiere la propiedad y cómo se trabaja el mercado. Me fui a definir, me di cuenta que todo lo que portamos en el organismo es fruto y resultado del sentir, es decir, de lo que nuestros ojos ven, de los que nuestros oídos escuchan, de lo que nuestro olfato huele y lo que nuestro paladar saborea, y dije: estamos mal, si es así, el invidivuo no existe, es una construcción, incluso hasta ideológico.

Ahí empecé a pensar cuáles podían ser los elementos que podía diferenciarnos frente al poder, propiedad y mercado y los encontré en comunalidad, ¿Cuáles eran esos elementos?: el respeto a todos los seres vivos que viven en el planeta. La palabra respeto habrá que resignificarla como un entenderse que uno es resultado de los demás, pero ese ser tiene movimiento, ese ser hace la vida, se mueve con los que lo rodean, y eso es tequio y otros conceptos pero al final de cuentas: movimiento.

Inmediamente después me concentré que el respetar a la gente era trabajar con ella, hacer cosas con ella, y de todo tipo, no estoy hablando de una labor específica, como la comida o hasta ir al baño. Todo es una relación recíproca. Es decir, tu das y recibes del otro, y que lo que se lograba respetando y trabajando con el resto del mundo, lo que lograbas, era un ánimo o una actitud reciprocada. Esos fueron los elementos que para mi juicio representan lo que le llaman epistelomogía, que para mi son las fuentes de razonamiento, uno razona en razón del otro, uno trabaja en razón con el otro, ¿y qué hace uno? Uno da y el otro da.

Esto tiene que tener otra explicación más profunda y así es como caigo en este elemento que yo quiero que quede muy claro: la respiración. Analizando la vida común y corriente, al ver a los niños, a las madres que traen seres al mundo, me di cuenta de una cosa: que primero se respira y después se ve, se toca, se escucha. Es decir, lo que nos une a los seres vivos con el planeta en su conjunto es el oxígeno, es lo que respiramos, es lo que nos hace dependientes del mundo. Es cuando yo planteo que tomando conciencia que se respira el mundo, se es el mundo, se es parte del mundo, no es uno el centro, no es lo que uno ve, sino lo que uno pertenece y este elemento de respiración al tomarlo conscientemente genera en nosotros una forma de razonar, por lo tanto, es la fuente misma de un proceso civilizatorio propio. Entonces me di cuenta que quizás los pueblos que estaban antes de la conquista de occidente, o antes de la invasión, tenían conscientemente su pertenencia al mundo. Por eso, todo lo que ejercitaba estaba en función de su pertenencia al mundo, cosa muy distinta al mundo occidental que su razón es en lo que ve, escucha, huele, paladea, y que ahí están las dos civilizaciones básicas en el mundo.

Platicado en alguna ocasión con otros decíamos si esto no era budismo, a lo mejor, pero yo lo deduzco como comunalidad, y es importante que lo tomen en serio, siendo que tenemos esa obligación, mejor dicho la ombligación, porque dependemos de la madre, dependemos del oxigeno. Yo les digo que la civilización natural, la que se funda en la conciencia de que pertenecemos en el mundo y dependemos del mundo, si no respiramos del mundo no podemos vivir. Pero occidente, lo excluye, lo encubre y lo convierte en una apreciación sensorial. Eso no quiere decir que solo vivamos de la respiración, no, pero nótese: un ciego no ve al mundo pero respira, un sordo no oye pero respira, un mutilado no puede caminar pero respira, en fin, con esto quiero decirles que buscamos o hemos buscado la fuente de una civilización propia, la que tenemos que ejercitar hacer crecer con todo lo que puede realizarse si entendiéramos que tan solo somos seres, una especie en este mundo, y que pertenecemos vivencialmente al mundo al respirarlo, no al verlo nada más.

Preguntas y diálogo

Tona – Todo esto nos lleva a un tema que no se reflexiona en las ciencias sociales, a mi me hacía sentir como un pez, la idea de que compartimos el aire, y que son producto de ese medio, todos son de alguna manera no se si dijéramos ese medio, al igual que nosotros estamos compartimos más de lo que creemos.

Mireya – Me resonó mucho sobre esto de respirar y todo lo que planeta el maestro que es para mí el sistema de vida, y una nueva forma de ver la vida, la creatividad, afectividad, y lo que está pasando con el covid, hasta dónde llega esta crisis civilizatoria. Es volver a pensar cómo pensaban antes los pueblos y cómo lo pensamos ahora a partir de este sistema en crisis de poder, capitalista, patriarcal, etc.

Roxana – Cómo la convivencia y el estar con otro con diferentes culturas, como sería con alguien que no comparta la forma de construir el mismo horizonte, cuales serían las estrategias para este diálogo.

Jaime – Lo que busco son las fuentes de una civilización que detengan los estragos de esta que nos está consumiendo. Es decir, quiero encontrar con ustedes la generadora idea de cómo concebir una civilización distinta, que obviamente genere su propia elementos, pero que va a tener como requerimiento para su florecimiento el respeto, es decir, que el individuo no existe, que somos un resultado del mundo, si no respetamos al que está frente a nosotros como ser vivo, no por lo que sabe, si no por lo que es, no vamos avanzar. Si no trabajamos como él y aprendemos mutuamente, no vamos a lograr ninguna mejora estemos en donde estemos, ya sea en la reserva más apartada de Estados Unidos o en la salva de la Amazonia.

Es decir, primero, tenemos que diseñar una civilización distinta; segundo, que tiene como exigencia sabernos pertenecientes al mundo a través del oxigeno y que requiere que respetemos al otro, y si lo hacemos vamos de gane, porque convocamos a que el otro trabaje con nosotros, y la labor nos conducirá a ser un resultado de ambos, de uno y del otro, por lo tanto, ya seremos EL NOSOTROS. Si no tenemos eso, obviamente no vamos a lograr la participación del otro, menos su enseñanza, porque su enseñanza no es en términos de palabras, sino de hechos. Busco las fuentes de una civilización propia que respete que lo que genera cada ámbito, a lo que hemos llamado cultura, lenguaje, ritualización, todo lo que usted quiera, porque en cada contexto, región, microrregión se genera una imaginario concreto que resultado del medio ambiente, del universo que uno habita.

Margarita – Cómo hacer que los jóvenes sean conscientes de su pertenencia, de su comunalidad.

Benito – La comunalidad tiene que ver su espacio, territorio, cómo hacer un diseño de los puentes entre estas distintas forma de percibir el mundo entre comunidades, nuestra organización regional, cómo se podrían pensar, estas instituciones entre distintas regiones y comunidades.

Jaime – Si tu dependes del mercado, si tu sustancialmente recibes del mercado todos los elementos para mantenerte vivo, pero encuentras en el dar y en el recibir un elemento fundamental que no está dentro del mercado ¿qué haces? Por un lado vas y compras lo tuyo, pero por otro lado se lo das al vecino, o a alguien más, a quien respetas. Y de eso modo das elementos de una civilización recíproca.

Cómo llevar comunalidad a la juventud? Simplemente a invitar a razonar en lo elemental, que uno no está solo, está siempre alguien más, como tu hermano, pero si lo reconoces y respetas, el hacer con tu hermano te lleva a una relación recíproca, para muchos es muy completo, pero es muy elemental darnos cuenta que hay que razonar desde el suelo que está parado. Si no te das cuenta del territorio no vas a distinguir con quien vas hacer la vida. Por lo tanto no vas a lograr nada, así de sencillo. Entonces en una escuela lo primero que tenemos que reconocer es el entorno ¿quienes están, qué animalitos, qué gente? Todo, quien habita, y jugar con él, trabajar con todos y con ellos se hace movimiento y eso nos conduce a un resultado, que es la reciprocidad. Y cómo decimos la comunalidad: a la fiesta, a la celebración, todos hacemos algo, pero primero nos damos cuenta de donde estamos, con quien lo vamos hacer, lo hacemos y encontramos el resultado. ¿Quienes influyen en ti, qué haces ahí donde estás parado, y qué logras tu con los que estás ahí parado? Es un razonamiento muy vulgar si tu quieres, muy natural, necesario, hay que distinguir conscientemente esos elementos, con eso estamos del otro lado.

Dora Virlet – Tengo varias inquietudes a lo que hoy nos ha compartido, primero agradecer porque ha sido muy importante el aporte que hace desde la vivencia, desde el sentir, soñar, desde ese cantar como zapoteco, desde los pueblos serranos y a toda la sociedad que tanto anhela una forma distinta. Tengo una inquietud, que frente a una condición en la que la mayoría de la sociedad en la que ha convertido el capitalismo, en convertirnos en consumidores, en todas estas formas que han creado un desequilibrio. Mi pregunta es, como pueblo naza nos sentimos obligamos en una relación de respeto con la madre tierra porque nos concebimos hijos de la madre tierra, entonces, como del pueblo zapoteco y del pueblo mixe ¿Cómo conciben esta relación con la madre tierra? Si acá hablamos de ser hijos, cómo es allá? Y lo otro es, si concebimos esto lo podemos llamar poder en términos propios, como frente a la situación que todavía persiste y aletea en todos los estados donde hay leyes dominantes para que existan universidades propias, que tienen que asumir lineamientos, hasta donde esa relación de poder a poder, hasta donde tiene que darse, cual sería ese diálogo. Dado que ese otro poder dominante no permite a ese diálogo.

Jaime –  Somos territorio. No es que el territorio sea sagrado, nuestra vida contribuye al planeta. Lo otro es que no es poder, lo nuestro es autoridad, porque emana de nosotros mismos y del contexto que nos envuelve, por eso no podemos hablar de poder a poder, vivimos en una realidad colonial y tenemos que buscar los elementos para tener esa relación con el estado. En Oaxaca una cosa es lo que hacemos y sentimos con nuestra gente y otra lo que hacemos con el estado, hay un doble lenguaje. En mi pueblo hay dos informes: el que se le entrega al gobierno y el que se da a la asamblea, y ahí tenemos que informar en qué usamos ese dinero, pero tenemos que tener ese doble lenguaje. Mi aspiración es que tengamos una civilización donde aprendamos a compartir el mundo, pero otra cosa es la realidad que enfrentamos. La que propongo va paso a paso.

Arturo – Si puedes desarrollar tu teoría el poder, y cómo se expresa, y la otra, en esta idea que nos planteas desde la comunidad que hay dos miradas sobre el mundo, una desde afuera cuando se está separado del mundo, y la otra cuando está participante en el mundo. Qué pistas podrías darnos en términos de lo que sería en cuestión de video, radio, otros medios, ese mirar ese mundo como parte del mundo, cómo lo verías.

Jaime – El poder es un resultado sensorial, cuando tu ves te apropias de lo que ves, pero que está interpretando lo que ve, por lo tanto, tienes el poder en tu mirada, en tu escucha, en tu tacto, es para mí la fuente. En este sentido, yo creo que pensar desde dentro es respetar en primera instancia, todo el universo y sentirse parte de él, por lo tanto, el individuo desaparece y somos el resultado, somos una madeja de relaciones, esa palabra es pertenecer al mundo y el poder es el resultado es lo que crees lo que ves, tu capacidad sensorial.

Cómo enfrentar esas dos visiones no tengo respuesta ahora, pero sí puedo decir que en la medida que yo respete es cómo me van a respetar. En Oaxaca la gente da todo, un chocolate, un café, cuando un campesino va a tierra y entierra mezcal, pollo ¿qué significa?: ser parte de la tierra, respetar la tierra, ser la tierra. Cuando una curandera le habla a la ruda, a la planta, le dice: ayúdame para sanar a una persona, ¿Qué sginfica?: respetar la vida del otro, está respetando a la ruda. Cuando logremos ese razonar, entenderemos que somos el otro; por lo tanto uno como yo, como sujeto, ya deja de existir, para ser resultado de los demás.

Materiales de estudio

Elena Nava Morales / La Comunalidad oaxaqueña: lucha y pensamiento indígena


Gustavo Esteva, Arturo Guerrero Osorio / Usos, ideas y perspectivas de la comunalidad