Trabajamos en programas de formación de comunicadores y comunicadoras indígenas, con la idea de abrir espacios para explorar técnicas y formas de usar creativamente las herramientas que nos proporcionan los medios de comunicación, con la finalidad de facilitar el ejercicio de los derechos a la información y a la libre expresión. Tenemos la convicción de que los medios de comunicación en manos comunitarias pueden ser muy útiles para visibilizar y valorar modos de vida, derechos, luchas, exigencias, fortalezas, propuestas y todas aquellas expresiones populares que ocultan los medios públicos y privados. Intentamos crear espacios que funcionen como puntos de encuentro para el intercambio de información y para la reflexión colectiva sobre las realidades que vivimos, con la idea de fortalecer las habilidades de personas y organizaciones indígenas para expresar en producciones audiovisuales sus realidades, desde perspectivas propias.

Hemos insistido en el uso del video, aportando de manera significativa a la construcción de una vertiente de trabajo de comunicación comunitaria que se ha denominado “video indígena”. No hemos estado solos en esto, hemos compartido con innumerables compañeros y compañeras una larga etapa de aprendizaje como personas y como equipo de trabajo. La rebelión zapatista de 1994 nos impulsó y nos animó a asumir la responsabilidad de insistir y hacer talleres de capacitación para que desde el seno de las propias comunidades indígenas se comunicaran y se hicieran visibles sus demandas históricas y sus lecciones de trabajo, lucha y dignidad.

La efervescencia en el uso de la radio como parte de la movilización social, reprimida constantemente por los gobiernos estatales y por el gobierno federal, nos ha situado en una coyuntura en la que deseamos aportar nuestra experiencia en el trabajo con medios comunitarios desde una perspectiva de autonomía. Por ello nos ocupa la realización de programas de formación en que se reflexione y se discuta sobre la responsabilidad de comunicadores y comunicadoras comunitarias en la transformación de sus comunidades y regiones. Creemos que así contribuimos a formar sociedades mas críticas y mejor comunicadas; mejor movilizadas diríamos, en su búsqueda constante del buen vivir.

A lo largo de las décadas, los medios de comunicación han construido y sostenido estereotipos sobre el ser mujer y el ser hombre en nuestra sociedad, sobre las relaciones entre unos y otras, así como sobre el valor social de cada sexo, que nos encierran en formas de vivir opresivas. Hombres y mujeres sufrimos las consecuencias negativas de este llamado sistema patriarcal, aunque las mujeres cargan siempre con la peor parte, que se expresa en distintas formas de violencia y opresión.

En las comunidades indígenas el tema se vuelve más complejo, pues a las condiciones de subordinación que viven las mujeres de manera generalizada, se suma el racismo que padecen en sus relaciones con la sociedad mestiza dominante. Frente a esta realidad opresiva, se han impulsado numerosos procesos que, desdeñando una perspectiva cultural, han impulsado reivindicaciones que enfentan, en el territorio comunitario, la lógica individual a la lógica colectiva. Los resultados de estos enfentamientos ideológicos frecuentemente se utilizan en los medios de comunicación para sostener la visión desinformada y racista con que frecuentemente se ataca a las formas de vida comunitarias, conocidas por el erróneo nombre de «Usos y Costumbres».

En nuestro trabajo, queremos tener presentes en todo momento las formas en que se ha construido la opresión basada en el género, como la principal de una serie de formas de ejercer el poder, que se enmarcan dentro de una contrucción capitalista de la sociedad y que, en las comunidades indígenas, se ejercen en contextos culturales distintos a las formas en que se ejerce en la sociedad mestiza dominante. Intentamos impulsar la equidad de género desde una lógica comunitaria, a partir de tres políticas:

Incrementando la formación de comunicadoras indígenas

Colaborando con medios comunitarios para integrar un enfoque de género en sus contenidos.

Difundiendo temas y problemáticas que ayuden a lograr condiciones de equidad, considerando los contextos culturales, sociales, políticos y económicos de los pueblos y comunidades indígenas.