La radio del pueblo de la lluvia
En una tarde nublada y lluviosa al final de una larga temporada de calor en la costa oaxaqueña, la gente comienza a reunirse en la plaza municipal de la antigua Yucu Dzaa. En el sonido local, un maestro de ceremonias anuncia la venta de playeras de distintos colores con el logotipo de Estéreo Lluvia a cincuenta pesos, la venta de comida y la recepción de donativos en efectivo o en especie para la construcción del nuevo edificio de la radio. Cada vez que en algún lugar surge la idea de crear una radiodifusora que trabaje en beneficio del pueblo y no de intereses políticos o comerciales, es como si se inventara de nuevo la radio comunitaria… y con ello tuviera que resolverse por primera vez también el difícil problema de sostener su operación diaria y de conseguirle la infraestructura necesaria.
En parte eso es lo que está sucediendo en estos momentos, pero también hay algo más novedoso que se celebra y el maestro de ceremonias comienza a leer una lista de invitados oficiales, que han llegado al pueblo especialmente para la ocasión. Aunque antes aclara que el invitado más importante es el mismo pueblo allí reunido y los radioescuchas que dan sentido cada día a la operación de la emisora.
En el título de concesión que el comité de la radio, el presidente municipal, el director de la radio y el ingeniero Heladio Reyes sostienen con orgullo entre las manos, como si se tratara del certificado oficial de su gran persistencia, se lee:
“El Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones mediante Acuerdo P/IFT/080317/134 de fecha 8 de marzo de 2017, resolvió otorgar una Concesión para usar y aprovechar bandas de frecuencias del espectro radioeléctrico para uso social indígena, a favor de la COMUNIDAD INDÍGENA MIXTECA DE SAN PEDRO TUTUTEPEC”
De acuerdo con el artículo 67 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión expedida en 2014, la concesión que ha sido otorgada está destinada para uso social. Ésta es una categoría en la que caben las concesiones comunitarias, las indígenas y las que se otorguen a instituciones de educación superior, de carácter privado. En este caso, las autoridades municipales la han solicitado en nombre de toda la comunidad y ahora, es la comunidad entera la beneficiaria de la misma, así como la responsable de cumplir con las condiciones que la concesión señala para mantener su vigencia.
Es el domingo 11 de junio y el pueblo de San Pedro Tututepec Villa de Melchor Ocampo, antiguo señorío mixteca del legendario Ocho Venado Garra de Jaguar, se encuentra reunido para celebrar la concesión recién conquistada, con música, danzas, poesía y con el tradicional Fandango de Varita, presente en todas las celebraciones. En la frecuencia de Estéreo Lluvia (XHTUT), que con la concesión ha pasado del 103.5 fm al 106.1 fm, resuenan las palabras que se pronuncian en la plaza municipal y se extienden en todas direcciones hacia los pueblos aledaños, abarcando casi un centenar de kilómetros de costa. En su turno al micrófono el presidente municipal, Javier Juárez Hernández, expresa su satisfacción por la cobertura legal que el documento representa y refrenda su apoyo al comité que encabeza el proyecto de la radio.
El documento que este día da motivo para la celebración, además de representar la autorización que el estado otorga a Estéreo Lluvia para funcionar y establecer las condiciones para que lo haga, representa una garantía para la comunidad de que el gobierno actual y los posteriores dejarán de perseguir a la radio y a sus integrantes, como había venido sucediendo desde su fundación y hasta fechas que todavía están frescas en la memoria. Esto permitirá finalmente que la radio se dedique a aquellos objetivos sociales y culturales para los que fue creada y que sus colaboradores y colaboradoras tengan un motivo menos de preocupación.
Durante su intervención el ingeniero Heladio Reyes, fundador de la radio, integrante de la organización ambientalista Ecosta Yutu Cuii y anterior presidente municipal de Tututepec, recuerda las dos ocasiones en que la fuerzas federales han incursionado para saquear las instalaciones de la radio. La primera de ellas en el año 2002, cuando la policía federal preventiva asaltó la estación que entonces se encontraba en el palacio municipal, rompiendo las puertas del edificio municipal para poder sustraer el equipo.
Cuatro años después, en 2006, fue la segunda ocasión que la policía federal tiró las puertas de la estación para llevarse su equipo. Esta vez, rememora Reyes, la locutora Lucía Alegría se encontraba sola al micrófono cumpliendo con su labor cuando irrumpieron las fuerzas federales. Sin embargo, la compañera tuvo tiempo para informar a su audiencia de lo que estaba pasando y al cabo de unos minutos, cientos de personas llegaron para enfrentar a la policía y recuperar la mayor parte de los equipos sustraídos, demostrando con ello que la radio ya le pertenecía al pueblo y no iba a resultar tan sencillo silenciarla. Lo que las fuerzas del gobierno rompieron tuvo que ser adquirido nuevamente por el pueblo de la misma manera en que este día de fiesta lo vuelve a hacer.
La referida ley de telecomunicaciones fue promulgada aproximadamente ocho años después de aquel incidente y establece que, para prestar todo tipo de servicio de radiodifusión se requiere contar con una concesión única, la cual contempla como fines el uso comercial, el uso público, el uso privado y el uso social, anteriormente mencionado. Sin embargo, se sabe que no todas las radios en el país cuentan con una concesión.
“Nuestra radio también ha sido una escuela de formación. Una escuela que ha luchado por sus derechos. Haciendo valer nuestros derechos, durante más de catorce años la radio ha defendido el derecho del pueblo de Tututepec a tener un medio de comunicación propio y hoy el gobierno federal por fin reconoce oficialmente que tenemos ese derecho” H.R.
En el panorama de las radios indígenas y comunitarias, algunas han decidido no solicitarla y algunas otras no la han podido obtener hasta la fecha, a pesar de los esfuerzos invertidos en obtenerla. El rechazo a la solicitud y con ello a una eventual concesión es evidentemente un posicionamiento político que, en algunos casos resulta de afirmar la autonomía indígena reconocida en los Acuerdos de San Andrés. Desde esta perspectiva se considera que sólo es necesario contar con la autorización de la asamblea comunitaria para hacer uso del espectro radioeléctrico, que se considera una extensión del territorio comunal, desconociéndose con estos argumentos la autoridad reguladora y normativa del estado.
No es el caso de estéreo Lluvia, que desde sus inicios intentó conseguir un permiso de transmisión por parte de la SCT, apegándose a la ley de radio y televisión vigente anteriormente. Siendo esta empresa virtualmente imposible intentó, sin éxito también, tramitar un amparo basándose en la ley de derechos y cultura indígena, que le permitiera funcionar sin ser amenazada por actos de la autoridad. Sin embargo los caminos oficiales se encontraban cerrados para los medios comunitarios y el proyecto decidió asumir la legitimidad que el pueblo le otorgaba para iniciar las transmisiones. Así lo recuerda Heladio Reyes durante su intervención:
“Al menos la radio ahora ya no va a tener esa persecución que ha tenido muchos años por hacer valer el derecho del pueblo de Tututepec. Algunos le han llamado en la historia radio pirata, otros le han dicho radio chocolata, otros le han dicho radio ilegal. Nosotros siempre hemos dicho que estamos defendiendo el derecho del pueblo de Tututepec y en ese sentido es una radio que tiene toda la legalidad y toda la facultad para transmitir. Levantamos la antena atendiendo a los tratados internacionales y atendiendo a la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos que dice que todos los mexicanos tenemos derecho a la libertad de expresión por cualquier medio. Hoy lo reconoce también el gobierno federal y nos da un documento que nos acredita para estar transmitiendo”
Fue a partir de esto que se convocó a la población y radioescuchas para ponerle nombre a la estación naciente. Llegaron unas veinte propuestas de igual número de personas pero fue la de la señora María Hernández, originaria del mismo Tututepec la que se impuso con su lógica clara y directa: la radio da voz al pueblo mixteco, que es el pueblo de la lluvia. Y así el pueblo ñuu savi se hizo presente desde el nombre mismo de la radio difusora.
Estas anécdotas y más se rememora mientras suenan los sones, en las nubes revientan en colores los fuegos artificiales, cae la tarde en la costa del Pacífico y cae también una intermitente lluvia sobre la gente que, reunida en la plaza municipal y humedecida comienza a bailar, quizás para hacer honor al nombre Ñuu Savi. En la radio suena una vez más el corrido de Estéreo Lluvia que Don Panchito, de San Miguel Tututepec recién compuso.