Las y los radialistas comunitarios saben que tienen en sus manos y voces, una enorme responsabilidad: dar un servicio a sus comunidades. Este cargo implica entre otras cosas, estar en constante capacitación no sólo técnica, si no también de formación la cual responda a las múltiples de necesidades que sus regiones requieren.
Es por ello que desde sus cabinas y micrófonos, las radios comunitarias tienen un papel muy importante en la construcción por un mundo sin violencia en cualquiera de sus formas: desde la defensa y el cuidado del territorio, los derechos de las niñas, niños y mujeres, y por su puesto, una mirada informada, clara y propositiva hacia la prevención y eliminación de la discriminación por la diversidad sexual.
La discriminación: un juego en donde todas y todos pierden
La discriminación parte de la idea de que una cosa es mejor que otra, es creer que hay personas que valen más que otras debido a su apariencia como el color del piel, si es hombre o mujer, por su edad, grado escolar, descendencia cultural, por el lugar donde nacieron, su idioma, capacidades, estado de salud, y por supuesto, por su orientación sexual, identidad de género o características sexuales diversas.
Debido a lo anterior, las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersexuales (comúnmente conocidas como comunidades LGBTI) son afectadas en diversas formas y limita su desarrollo y potencial. Esta situación suele comenzar desde su hogar, ambientes donde sufren el rechazo de sus propios familiares y por ende tienen dificultades para expresar plena y libremente su orientación o identidad sexual. Esta no aceptación ocasiona falta de confianza y distanciamiento que repercute en las personas y sus familias a lo largo de su vida.
Sin embargo las afectaciones por el rechazo e incluso burlas, amenazas y hostigamiento están presentes también en el ámbito público, esto es: en la escuela, lo que puede dar como consecuencia la deserción escolar; y en el trabajo, lo que puede ocasionar ostilidad en el ambiente laboral, disminución de su productividad, no poder desarrollar su carrera profesional y hasta la pérdida de su aunonomía económica.
En México, seis de cada diez personas LGBTI consideran que su orientación sexual ha sido un obstáculo para acceder a un empleo… El 70% de los mexicanos LGBTI que tienen un empleo perciben que no reciben el mismo trato que sus compañeros heterosexuales.
Así mismo hay discriminación en todas las demás áreas de la sociedad, incluidas la iglesia y en las instituciones, lo que les dificulta el acceso a servicios como la salud por ejemplo.
La discriminacion por lo tanto, es un daño de múltiples dimensiones en donde toda la sociedad es afectada, pues desaprovecha las capacidades y aportes de las personas, deja huellas y afectaciones importantes, tal como problemas de autoestima, desórdenes alimenticios, aislamiento, e incluso la aversión puede elevarse hasta el acoso y la muerte.
«Diversas organizaciones señalan que en los últimos cinco años se han producido unas 459 muertes violentas de personas LGBTQ+ en México. Solo en 2020, asesinaron a 79 personas, es decir, unas 6.5 por mes».
«En Oaxaca, entre el 2015 hasta abril del 2022 iniciaron 34 indagatorias por diversos actos de discriminación hacia personas de la comunidad LGBTTTIQ+, según la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO)»
Ser indígena y gay, la doble o hasta triple discriminación
Según la Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Oaxaca es uno de los estados donde hay más prevalencia de discriminación por la orientación sexual, y según las autoridades, el estado tiene sólo el 42% de acepación hacia la homosexualidad.
Este alto índice hace que las personas LGBTI en nuestro estado y en especial en comunidades indígenas estén inmersas en ambientes con un alto riesgo a ser violentadas, ya que además de ser discriminadas por su descendencia cultural son marginadas por su orientación sexual. Esta doble “capa de rechazo” puede ir en aumento si por ejemplo hablamos del caso de una mujer que además es indígena, pobre y lesbiana.
La presencia de esta discriminación puede tener su origen en las propias conductas heteropatriarcales que existen dentro de las comunidades tradicionales, en las cuales los roles de cómo deben ser las mujeres y los hombres están muy definidos. Desde muy pequeñas por ejemplo, muchas niñas no tienen mayor opción que ayudar a sus madres y abuelas a permanecer en casa para cocinar, limpiar y cuidar, mientras que los niños deben seguir las expectativas de cómo deben ser los hombres: fuertes, rudos, capaces de todo sin mostrar debilidad y atados a conductas muy específicas:“Eres hombre y los machitos no lloran”. No cumplir con estos mandatos sociales suele ser muy sancionado con fuertes burlas, más aún, si una persona no se comporta “como debe ser un verdadero hombre” por ejemplo.
Las personas que no son aceptadas por su orientación sexual viven situaciones en las que no pueden vivir cómodamente, se alejan de sus círculos familiares y de amigos por miedo al rechazo, castigo o burla, por lo que son a menudo obligados a casarse o bien hasta de huir de sus comunidades.
El papel de las radios comunitarias ante la discriminación
Los medios de comunicación comunitaria pueden contribuir en la prevención de los diversos tipos de discriminación que existen en sus comunidades, y uno de los primeros pasos sería visibilizar la existencia de estas situaciones y hablar de ellas de la manera más abierta e informada posible. Es importante por ello partir desde la reflexión y análisis de cómo es su comunidad, los tipos de violencia y discriminación que existen, qué tan arraigadas son las costumbres y tradiciones sobre los roles de género, quienes son las y los directamente afectados y cómo existen también afectaciones hacia todo el resto de la comunidad.
Las radios comunitarias pueden aportar en la visibilización del problema como en la elaboración y difusión de programas que incluyan temas sobre educación sexual y los contextos legislativos, así como poner atención en el contenido de la música, conscientes que dentro de ella se pueden difundir mensajes que promueven y refuercen la violencia y la homofobia.
Y quizá un paso previo muy importante, el reconocer dentro del propio equipo de la radio qué tan dificil es hablar sobre estos temas, cuáles son sus obstáculos personales, qué ideas se tienen en conjunto, y la creación de protocolos internos que ayuden a visibilizar conductas discriminatorias en cualquiera de sus formas y evitar que esté presente entre sus propias compañeras y compañeros.
Aunque no es un camino fácil debido a los fuertes arraigos sociales y culturales que existen, es impresindible ir trazando una ruta clara y de acción concreta dentro de las radios comunitarias para ir construyendo otras formas de convivencia libres de violencia y de discriminación.
Entendemos como diversidad sexual a las diversas formas de expresar la afectividad, el erotismo, el deseo y las prácticas amorosas, así como de asumir identidades y preferencias que no se limitan a lo que conocemos como heterosexualidad o a las relaciones de pareja entre hombres y mujeres, es decir, se refiere al universo de posibilidades de asumir y vivir la sexualidad.
Esta actividad cuenta con el financiamiento de la AVCD y del Gobierno Vasco, además de la colaboración de KCD ONGD