En el Istmo de Tehuantepec y en la región Mixteca, dos comunidades dan testimonio mediante sendas pinturas murales de la forma en que viven su región, de sus realidades actuales y de sus preocupaciones. Ambos murales han sido realizados durante el presente mes de septiembre, como parte de las actividades de comunicación popular que Ojo de Agua Comunicación impulsa, en colaboración con radios comunitarias, autoridades y actores sociales en las regiones del Istmo y de la Costa.
En el municipio de Matías Romero Avendaño, tres radios comunitarias de la región del Istmo se unieron para colaborar en la creación de un mural, en el que plasmaron algunas de las inquietudes de la población acerca del deterioro ambiental que están viviendo actualmente, contrastándolo con la abundante vida que sus abuelos conocieron y disfrutaron en ese mismo territorio.
Previamente y como parte de nuestro Diplomado para la gestión de radios comunitarias, actores sociales de la comunidad (como un grupo de niños radialistas y un grupo de vecinas de Rincón Viejo) participaron con nosotrxs identificando problemas y riesgos para la salud de la población y para el medio ambiente, tales como la instalación de torres de alta tensión en zonas habitadas, la proliferación de gasoductos y la instalación de una antena de trasmisión de radiofrecuencias, además de la contaminación por hidrocarburos que es producto de las continuas fugas y derrames, ocasionados por los grupos delictivos que se dedican a la «ordeña» de los ductos de Pemex y que operan en la región sin muchas complicaciones.
Una propuesta desde la comunicación popular.
Parte importante del recorrido de nuestra civilización puede ser conocido gracias a las pinturas rupestres que se conservan en retiradas montañas de nuestro continente y del continente europeo. Un ejemplo cuasi-pasmoso es el que se descubrió en fechas recientes en la cueva de Chauvet, en Francia, que nos presenta una exquisita muestra zoológica de esos tiempos, dibujada con trazos magistrales cuya antiguedad se estima superior a los 30 mil años.
De esta manera, nuestros ancestros han hecho de la pintura mural una de los artes más antiguas y más representativas de nuestra condición humana. A través de estas pinturas hemos representado, desde el inicio, el mundo en que hemos vivido y el papel que nos hemos asignado en este mundo. Es por ello que la pintura mural es un arte que representa -y a través de la cual representamos- lo mejor de tal condición.
Derrame de gasolina en el Istmo
Por otra parte, hay empresas humanas que por sus propósitos, tanto como por sus orígenes y medios, pueden representar por si mismas lo peor de esta misma condición humana. En concreto, nos referimos al desarrollo constante de nuestra inclinación por destruir toda fuente de vida en beneficio de intereses egoístas. En esta “canasta de deplorables” podríamos colocar a las empresas mineras que proliferan en estas regiones, a la actividad petrolera, a las presas hidráhulicas y, en general, a toda empresa que mediante el despojo, la violencia y el deterioro ambiental destruyen la vida y recrudecen la desigualdad que corroe al país.
Enfrentar estas fuerzas que representan los extremos de la condición humana, en una propuesta narrativa y plástica que marcara el espacio público como una dimensión fundamentalmente política, es una tarea que el muralismo mexicano acometió con energía y que para nosotros y nosotras, ya sea como comunicadoras comunitarias, educadores populares, o como inadvertidos habitantes de este siglo 21 mexicano, debe representar un legado siempre presente.
Durante dos fines de semana de este mes de septiembre, integrantes de las radios Guluchi, la Ixhuateca y Las Voces de los Pueblos, colaboraron animadamente para transformar, mediante el antiguo y siempre actual arte del muralismo, los muros de las escuelas primarias Nicolás Bravo y José Vasconcelos, en una declaración artística de amor por la vida y una advertencia sobre los peligros que amenazan a la región y a sus habitantes.
Trabajamos esos días en un entorno marcado por el abandono y la desesperanza de quienes quedan al margen de la vida productiva. De excluídos cuya utilidad social se reduce a convertirse en cruel ejemplo para las nuevas generaciones de lo que no debe hacerse con la propia vida. En la esquina donde realizamos esta actividad colectiva -justo afuera de la escuela primaria- por las noches se reúne el llamado «escuadrón de la muerte», que es una forma de nombrar a quienes, ateniéndose solo a las relaciones de reciprocidad más descarnadas, se asisten mutuamente en una ceremonia cotidiana de beber hasta morir.
Con nuestra intervención intentamos apropiarnos simbólicamente de este espacio, con el propósito de revitalizarlo como ejemplo de tranformación colectiva que busca mejorar nuestro entorno. El resultado es una vistosa, colorida e impactante narración gráfica que da testimonio de un mundo que desaparece bajo la maquinaria depredadora que llamamos desarrollo, pero que al mismo tiempo nos muestra con fuerza la energía que sostiene la vida. Esto será un motivo constante y muy presente para que vecinos y visitantes de la comunidad no dejen de observar su entorno, de reflexionar sobre el deterioro ambiental y social que viven las comunidades e imaginar las formas de impedirlo.
Mientras tanto en región Mixteca, la radio Ecos de la Montaña, de la comunidad de Santa María Yucuhiti, convocó la colaboración de las radios Estéreo Lluvia, Ñuu Kaan y Estéreo N`doso, quienes se sumaron a la creación de un mural que refleja el problema de la desforestación en la región, que se determinó en una sesión previa, cuando reflexionamos en torno a los problemas de la región y las formas en que se pueden ilustrar. El mural refleja un contraste en la vida de la comunidad deforestada en la actualidad y cómo era en la antigüedad. Participaron más de 20 personas en su realización, incluyendo jóvenes, adultos, algunas mujeres y hasta policías municipales, quienes con curiosidad pusieron a prueba sus dotes artísticas.
Ambos murales fueron inaugurados este fin de semana pasado en ceremonias muy formales, presididas por las autoridades. Ambas obras han generado un gran interés en las comunidades desde el momento de su creación, cuando la gente comenzó a trabajar en los muros y los transeúntes se detenían a comentar sobre el proceso y el tema. Algunos incluso regresaron para apoyar el trabajo colectivo de diversas formas.
Nuestros mayores agradecimientos a todas las personas que colaboraron generosamente con estos esfuerzos, como es el caso del director, docentes y comité de padres de familia de las escuelas primarias Nicolás Bravo y José Vasconcelos. Particularmente queremos reconocer la experta guía de los maestros Rafael Ortíz García, en Yucuhiti y de Ernesto Villalobos Domínguez, en Matías Romero Avendaño, sin cuyas colaboraciones seguramente no nos sentiríamos tan felices como estamos en estos momentos.