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Chirundo, atitíncale, atutúñale, machuco… voces negras que se niegan a morir

Son las once de la mañana, desde la entrada del predio se admira el Jato (sombra grande) de árboles frutales, la tierra luce sin hojarasca y el ambiente se impregna de ese olor característico a tierra recién regada, es el patio de la casa de Teódula, su voz fuerte, entonada y segura, resuena en el aire y palabras como “chirundo, atitíncale, atutúñale, machuco” entre otras, la hacen sonreír y suspirar, por el recuerdo de esa infancia que con nostalgia ha quedado en su memoria y que hoy está dispuesta a rescatar y hacer que sus nietas y nietos la hablen y se sientan orgullosos de su herencia negra: “hable bien, así nos decían las abuelas y nuestras madres”. Estas y otras palabras más están quedando en desuso, como constancia de la discriminación, racismo y segregación que durante muchas décadas han vivido los pueblos negros de México.

Hablar de las mujeres afromexicanas es hablar de resistencia, discriminación y oportunidades, “a la mujer afromexicana siempre se le ha visto hipersexualizada o bien para estar en casa y no salir de ella, que estén en la laguna o en el mar y que se dedique solo a la pesca, que se casen muy chicas o que simplemente se prostituyan”, describe Yolanda, y sigue “hay que ir erradicando esos paradigmas, que sepan que tenemos habilidades para hacer más cosas y salir adelante, que sobresalgamos por nuestros saberes y talentos”, puntualiza Yolanda Camacho Calleja fundadora y locutora de la radio Voces afromexicanas, primera radio que da voz a los pueblos negros en Oaxaca, y que actualmente transmite sólo por internet, y quien ve a la radio como una herramienta poderosa para seguir trabajando en favor de todas las comunidades de la región de la costa, para que la voz de los pueblos afros, sea escuchada.

Esta es la historia de muchas mujeres y hombres de los pueblos negros de la costa de Oaxaca, uno de los tres estados mexicanos donde se concentra la mayoría de la población afromexicana, los otros dos son Guerrero y Veracruz. Orgullosos de sus orígenes y su historia, son pueblos que se aferran a conservar su cultura y tradiciones, que le dan sabor y sentido a su vida, muestra de ello es su reconocida tradición musical así como sus danzas coloridas entre las que se encuentran la Danza de los diablos, del Toro de petate y la Danza de la tortuga, donde se narra la historia de los pueblos negros a través de parodias interpretadas con personajes centrales con “Pancho y La Minga”, pero hay que recordar que también son música, verso, comida, sustento, saberes y poesía que hablan de una cultura viva.

Más allá de lo atractivo, romántico y folclórico con que se han querido ver a sus expresiones culturales, hoy hacen escuchar su voz, su pensamiento y sentir, sobre la invisibilidad y negación al acceso a las mismas oportunidades que resto de la población mexicana.

En México viven 2,576,213 personas que se reconocen como afromexicanas. Esto representa el 2% de la población total del país. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Ante la magnitud de las cifras del censo y el tamaño de las desigualdades, resulta increíble que sea tan reciente el conocimiento constitucional de los pueblos afros, cuando su presencia en esta nación es histórica y que a la fecha, les quedan mucho a deber.

Avances recientes de la lucha por el reconocimientos de los pueblos negros de México

2019 Se reforma el artículo 2 de la Constitución para reconocer a los pueblos y comunidades afromexicanas como parte de la composición pluricultural de la Nación.

2020 Se crea la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos y Comunidades afromexicanas.

2021 Se publica el Programa Nacional para el Desarrollo Integral de los Pueblos y Comunidades afromexicanas 2021-2024.

Con la reforma del artículo 2 de la constitución mexicana, pasan de ser objeto social a sujetos de derecho, con esto se les otorgan atributos legales con derechos y obligaciones como un ente colectivo, se reconoce su existencia como pueblos negros con cultura propia, también se garantiza el derecho a la igualdad, se protegen sus derechos humanos, así como el derecho a la participación en la vida política del país.

También se abre la posibilidad a acceder a recursos públicos igual que el resto de las y los habitantes de México.

Este reconocimiento representa una oportunidad de mejorar la vida de los pueblos negros de diversas maneras, ya que visibiliza y reconoce su cultura. Abriendo el camino a que garantice el acceso a la salud, educación, empleo y vivienda.

«Hay que reconocer que la invisibilidad en la que hemos vivido durante muchos años, en la actualidad se sigue dando, y es por falta de acciones concretas, que población y gobiernos tenemos que accionar, porque aunque ya están las palabras en la constitución política ahora hay que llevarlas a la práctica, porque falta mucho y hay mucho que trabajar en los tres órdenes de gobierno y que tiene que ser de la mano con el pueblo afro”, Felipe Bernal Ibarra del Consejo Afromexicano Ubuntu.

La pobreza y la exclusión persisten en las comunidades negras, la migración de las juventudes hace que esto se acentúe por la falta de oportunidades reales y efectivas, que hacen ver en la migración y el sueño americano, como la única opción para acceder a otra forma de vida, produciendo desarraigo, perdida de la identidad, más discriminación, separación familiar y fractura del tejido social.

De ahí que recobre importancia el papel de los medios de comunicación comunitarios, para que sea la voz de los pueblos afros la que promocione sus derechos, rescate sus tradiciones, historia, tradición oral y musical.

Ellas y ellos han decido apropiarse de su historia, de su vida, para que la lucha que los pueblos negros de México han dado por el reconocimiento de sus derechos se materialice y se vea reflejados en en la vida cotidiana.

 

Esta actividad cuenta con el financiamiento de la AVCD y del Gobierno Vasco, además de la colaboración de KCD ONGD

El presente y futuro energético en México: entre las energías “limpias” y hacia la autogestión comunitaria

Hemos llegado a un punto en donde la crisis planetaria es innegable y todavía falta mucho por hacer en la modificación de nuestro modo de vida y adaptarnos a las nuevas condiciones planetarias: temperaturas cada vez más altas, lluvias descontroladas, intensas sequías, derretimiento de los polos, elevación del nivel del mar y como consecuencia del desequilibrio ecológico: plagas, nuevas enfermedades y un lamentable y largo etc.

Es innegable ver a la vuelta de la esquina el final de la era del petróleo, el cual permitió una forma de vida y de consumo no pensado para ser sostenible a largo plazo, y todavía queda pendiente la factura por todos los daños debido a su alta contaminación, entre otros efectos no solo ambientales sino sociales.

Ante el declive del uso de energías no renovables se han desarrollado y hecho apuestas hacia las energías verdes y limpias, cuyo resultado ha variado dependiendo de cada lugar. La historia ya nos ha confirmado que todo paquete tecnológico va mas allá de la tecnología en sí, no podemos dejar a un lado que hay condiciones ambientales, políticas, sociales y económicas que deben tomarse seriamente en cuenta, de otro modo la importación de energías alternativas puede ocasionar más problemas que soluciones.

Los modelos de energía alternativa en México: el lado obscuro de las energías verdes

En el caso de México, diversos institutos y organizaciones sociales han estudiado y analizado los pros y contras de la política de la 4T en el tema energético, algunos han señalado aciertos: como dar prioridad a las empresas estatales (CFE y PEMEX), sin embargo como ya mencionamos, el petróleo es un recurso limitado, llegará un momento en que extraerlo sea más costoso y entonces dejarán de producirlo, además, dependemos ahora tanto de él que hay que aceptar que la transición debe ser paulatina.

En el caso de las llamadas energías verdes, en nuestro país hay convenios económicos firmados hace sexenios atrás que obligan a seguir dando beneficios especiales a grandes empresas privadas y extranjeras para la producción energética, lo que les otorga por ejemplo, que pueden consumir mucha energía pero hay poca distribución de la riqueza en relación a lo poco que pagan de impuestos.

Existen además otros señalamientos desfavorables de la política energética actual: proyectos que carecen de apropiadas consultas a la población o hasta despojo, falta de información clara, contratos que no favorecen a los pobladores y además la lista sigue en términos de si realmente hablamos de tecnologías limpias y verdes, pues en el caso de la energía eólica existe la presencia de contaminación acústica y el derrame de residuos tóxicos en el suelo, el agua, etc.

Pero quizá el punto más preocupante de las llamadas energías verdes y limpias, es que es una tecnología que depende de elementos como el litio, cobre, plata, barita, titanio, tierras raras, níquel, etc, los cuales se extraen de la minería, cuya actividad económica es inequitativa en términos de distribución de ganancias, extremadamente dañina para el medio ambiente y con graves efectos a la salud para la población cercana.

Entonces, vale la pena preguntarse qué camino estamos tomando en el uso de la energía. En condiciones donde hay extractivismo y corrupción, las energías verdes pasan a ser más como un tipo de “mercado verde” donde se sigue poniendo como objetivo principal el crecimiento económico, lo que da como resultado múltiples efectos negativos socioambientales como: migración, salud y conflictos sociales.

En búsqueda de la autonomía energética comunitaria

Aunque no son ampliamente conocidas, pero desde hace varios años existen experiencias de autogestión energética comunitaria en nuestro país, en donde están transitando hacia responder a las necesidades locales y tener un gran impacto en sus territorios. Algunas de estas experiencias como de la Cooperativa Tosepan Titataniske en la Sierra Nororiental de Puebla, tienen como base el ordenamiento territorial, así como la organización comunitaria y la creación de proyectos y empresas sociales como cooperativas. Es importante mencionar que esta experiencia de autogestión energética va ligada a su largo trabajo previo en la búsqueda de la autonomía en la alimentaión, salud, educación, comunicación, etc.

Vale la pena observar que la experiencia de la Tosepan tiene en común con otras el poner al centro el cuidado de la vida con el uso de tecnologías adecuadas a cada región, comunidad y cultura. El estudio y difusión de este tipo de experiencias en un tema indispensable para el presente y futuro del manejo energético en el país, el cual valdría la pena tener una posición muy bien informada, clara y propositiva sobre todo por el cercano periodo electoral que estamos entrando.

Las tareas pendientes y las acciones desde la sociedad civil

En junio del 2022 se dio un importante encuentro donde 25 organizaciones de la sociedad civil dialogaron y debatieron sobre los balances y proyecciones a 20 años del pico del petróleo en México. Como resultado de este primer evento fue la creación de una serie de acciones coordinadas en donde más organizaciones se han sumado con el objetivo de impulsar y amplificar las políticas para la eliminación planificada de los hidrocarburos de la matriz energética con miras a la construcción de salidas ante la crisis climática.

Este encuentro de esfuerzos llamado México sin Fósiles, tiene como siguiente evento una semana de incidencia entre el 22 y 25 de agosto de este año, en la cual se llevarán acabo diversas actividades principalmente en la CDMX y en algunos estados de la república, con el objetivo de seguir analizando la transición energética del país, problemáticas y planes de acción.

Nos queda estar pendientes de los avances que este tipo de inciativas han surgido en México y por su puesto seguir reflexionando de manera crítica sobre nuestros hábitos de consumo a nivel personal y colectivo. El cambio en el planeta que estamos viviendo es innegable, nos resta preguntarnos si estamos preparadas y preparados para asumir lo que va a suceder.

 

Esta actividad cuenta con el financiamiento de la AVCD y del Gobierno Vasco, además de la colaboración de KCD ONGD

Ficwallmapu libera Haka Puai te Kainga

Niñas y niños de san martín y la peor señora del mundo

 

Videocarta de niñas y niños del barrio de San Martín Mexicapan, Oaxaca, quienes acuden regularmente a la biblioteca Profesor Ventura a jugar, dibujar y leer. Nos muestran un poco de su barrio y sus familias y también nos cuentan un cuento de Francisco Hinojosa que se llama «La peor señora del mundo»..

Duración: 25 minutos.